Es una palabra con doble grafía. Se puede escribir ex cathedra, pero se prefiere la grafía hispanizada sin -h-, que es la más común. De usarse la forma latina, se recomienda escribirla con cursivas. Debe evitarse poner tilde a la forma latina.
En el lenguaje eclesiástico, la expresión ex cátedra se refiere a la naturaleza de las palabras del sumo pontífice católico y puede ser empleada como locución adverbial o como locución adjetiva. En particular, se aplica a las declaraciones que tienen que ver con la moral o con la fe y que se pronuncian desde la cátedra de San Pedro. En dicha locución, la cátedra no se refiere a un lugar físico sino que simboliza la dignidad del papado; de modo que, cuando el papa predica, lo hace ex cátedra, es decir, en calidad de sumo pontífice.
En registros formales y, en general, en el habla culta, la locución ex cátedra adquiere un matiz irónico que expresa «desaprobación». Por lo general, cuando se emplea, se hace para criticar el tono magistral con que alguien pretende que sus dichos sean tomados como una verdad incontrovertible, es decir, como si sus palabras estuvieran revestidas de la misma infalibilidad de la que gozan las enseñanzas papales.