El dequeísmo suele suceder ante oraciones subordinadas sustantivas de sujeto y complemento: *Te ruego de que me dejes en paz. *Me comentan de que tenemos una llamada. Su origen es una contaminación producida por los verbos que sí exigen esa preposición:
Para saber si un enunciado deber llevar la preposición, puede transformarse en interrogativo. Si la pregunta empieza por de es que esta es necesaria: ¿De qué te quejas? Me quejo de que… ¿Qué piensas? Pienso que…
El fenómeno contrario es el queísmo, que se trata de un error que consiste en omitir una preposición de exigida por la construcción cuando esta conecta un núcleo sustantivo, adjetivo o verbal con un complemento introducido por la conjunción que. Son ejemplos incorrectos las oraciones siguientes: *No me afecta el hecho que no me comprendas. *El gobierno está seguro que saldremos de la crisis.*Galileo cayó en la cuenta que si se aspiraba agua... Todas ellas deberían llevar la preposición de: el hecho de que, seguro de que, la cuenta de que.
Para evitar el queísmo, se debe observar cuál es la construcción que exige el núcleo en caso de introducir un sintagma nominal: si el sustantivo, adjetivo o verbo precisa de en este caso, también lo necesita para conectar con que: el hecho de nacer; seguro de algo; la cuenta de algo.